¡SONRÍE!, ES GRATIS
Además de ser gratis es un acto de generosidad porque sonreír también es contagioso.
¿Te has parado a pensar cuántas veces sonríes al día? Nunca son demasiadas.
Seguro que en alguna ocasión has intentado “un cara a cara” con algún amigo para ver quién aguanta más tiempo serio. ¿A que cuesta contener la sonrisa? En cambio cuando estás serio y “fuerzas” la sonrisa… ¿a que sueles acabar sonriendo? Entonces, ¿no crees que el estado natural es el de estar sonriente?
En Pilates Ambassador, lo de ser feliz nos lo tomamos muy en serio; por eso intento incluir esta gimnasia facial de forma espontánea en las sesiones de los clientes. Además de activar la musculatura facial, tiene incontables beneficios que puede llevar a potenciar aún más los beneficios de la práctica de Pilates. Es una combinación perfecta para mejorar nuestra actitud, la forma en que sentimos y afrontamos la vida. Y, ¿por qué digo lo de combinación perfecta? Porque el acto de sonreír repercute en nuestra postura (igual que la práctica de Pilates) y la postura, a su vez, en nuestra actitud. Aquí es donde comienza a desencadenarse la magia.
Puedes influir en tu actitud, dicho de otro modo “puedes engañar a tu cerebro”. La comunicación entre tu cerebro y tu cuerpo es bidireccional, esto quiere decir que cuando experimentas un estado de alegría el cerebro da la orden a tu cara de que sonría. Expresas tus emociones a través del cuerpo. Sin embargo también existe el sentido contrario en esta comunicación cerebro – cuerpo: si simulas la sonrisa tu cerebro interpreta que estás contento, así que para ser congruente cambia el estado emocional dirigiéndolo hacia el optimismo. Generas emociones a través de tus actos. Hay esfuerzos que vale la pena intentar 😉
Es bien sabido que un estado de ánimo se manifiesta en la postura, pero también sucede que si modificamos nuestra postura estaremos haciendo cambios en nuestra actitud, en cómo afrontar las situaciones y nuestra forma de estar en el mundo. Tengo la experiencia con los clientes que pasan por el estudio. Sus cuerpos dan información desde que entran por la puerta, y pese a ser la misma persona no siempre está igual. Hay días de exceso de rigidez, días de potencia y empoderamiento, otros de pesadez… Por eso me apasiona mi trabajo y nunca me aburre. ¿Qué menos que agradecerlo con una sonrisa?
Sonreír desencadena una serie de mecanismos internos muy parecidos a los de la práctica de ejercicio físico: libera endorfinas, serotonina y más analgésicos naturales que produce nuestro organismo. También se ha asociado el poder de la sonrisa a la reducción de los niveles de hormonas causantes del estrés como la adrenalina, el cortisol y la dopamina.
Sabiendo todo esto, ¿cómo no iba a añadir los beneficios de este mecanismo innato en los entrenamientos? “BUEN TRABAJO, AHORA PRUEBA A HACERLO SONRIENDO”
¡Sonríe a menudo! Arrugas te saldrán de todos modos, así que mejor que sea por sonreír antes que por enojarte frunciendo el ceño.